lunes, 9 de noviembre de 2009

LUCHANDO CONTRA LA ARENA

Especialmente peligrosa cuando más fina es. Al intentar eliminarla de componentes ópticos, puede producir ralladuras permanentes. También se puede introducir por pequeñas rendijas y dañar botones y componentes electrónicos. Estas son algunas de las cosas que puedes hacer:

Evita poner cámara y/o bolsa directamente sobre la arena. Si eres amante de la playa seguro que has tenido la experiencia de comprobar hasta dónde se puede meter la arena y lo difícil que es eliminarla completamente. Procura tener la cámara en su bolsa cuando no la estés utilizando, y la bolsa siempre en alto, lo más alejada posible del suelo.
Asegúrate de tener, al menos, manos y cara perfectamente limpios antes de coger la cámara. Y evita poner en contacto otras partes del cuerpo. La ausencia total de arena en el cuerpo cuando estás en la playa, es prácticamente imposible.
Si descubres arena en la cámara, no la limpies con lo primero que tengas a mano. Especial cuidado debes tener si la arena está en componentes ópticos de tu equipo.
Si se te cae la cámara al suelo o entra en contacto directo con la arena... Mejor guarda la cámara en la bolsa y no vuelvas a usarla en la playa. Es preferible llegar a casa y tomarte tu tiempo para limpiarla. Evita soplar sobre ella. El aire a presión vienen bien para limpiarla; el problema es que al soplar, con el airte también van pequeñas gotas de saliba que junto con la arena pueden hacer una combinación mucho más difícil de eliminar.
Manten la tapa sobre tu objetivo la mayor parte del tiempo posible.
Cómprate un filtro UV para proteger tu objetivo. Los filtros UV no sólo absorben los rayos ultravioletas consiguiendo que determinadas fotos parezcan más claras y naturales, sino que además protegen tu objetivo.
En días de viento, si dispones de una carcasa para tu cámara, no dudes en usarla también fuera. Perderás algo de transparencia, pero protegerás tu cámara.
Mete tu cámara en una bolsa hermética de plástico para congelados. Al menos cuando la tengas en tu bolsa habitual. De este modo, si la arena se cuela dentro de la bolsa de tu equipo, todavía le queda otro nivel de protección.
Evita cambiar de objetivo. Hay mucha arena, polvo y partículas en el ambiente. Además, siempre puede venir un golpe de viento (con su correspondiente arena) en el momento menos pensado. ¿Realmente quieres arriesgarte?

Defendiéndote de la Sal

Tan peligrosa como la arena, solo que más corrosiva. El agua salada al secarse puede convertirse en pequeñas escamas de sal o polvo de sal que se cuela por todas partes y que tiene potentes agentes corrosivos. El agua salada del mar deja restos de sal sobre nuestro cuerpo aunque nos sequemos bien. Ten encuenta los consejos que te dimos para la arena y además considera lo siguiente:

Antes de coger la cámara, lávate las manos con abundante agua dulce o con una toallita húmeda desechable. Por muy bien que te seques con la toalla, el salitre no se elimina. Además, la toalla seguramente tendrá arena también, con lo que el peligro es doble.
No te cuelgues la cámara al cuello. Después de bañarte tu cuerpo tiene restos de sal y la cámara entra en contacto con él libremente.
Usa un parasol. No sólo por la luz, sino para ganar protección extra frente a las minúsculas gotas de agua de mar que se generan en la playa por efecto de las olas

Cuidado con el Agua y la Humedad

En verano, con el calor, en nuestro tiempo de ocio tenemos muy cerca siempre el agua: piscinas, playa, lagos etc. En el mejor de los casos, nuestras manos y cuerpo suelen estar mojados o húmedos. En el peor de los casos, se nos puede caer la cámara al agua. Y los componente electrónicos de tu cámara odian el agua.

Asegúrate de tener las manos perfectamente secas.
Evita situar la cámara cerca de lugares de peligro en los que pudiera mojarse por accidente.
Si el agua está muy cerca, la exposición al riesgo es muy alta y tienes una carcasa para tu cámara, pónsela y no la quites aunque estés fuera del agua.
Si tu cámara se moja, no la enciendas inmediatamente para ver si se ha estropeado. Lo primero es lo primero: es preferible que se seque primero. Encenderla mojada puede causar daños peores.
Si tu cámara, directamente cae al agua... no te voy a engañar: la situación es complicada. Aquí tienes algunos consejos que puedes seguir.

Altas Temperaturas y Luz Directa del Sol: ¡Cuidado!

La exposición directa al inclemente sol del verano de tu cámara es un importante enemigo para su durabilidad, especialmente de determinados materiales, pudiendo llegar a ocasionar daños irreparables. Aquí tienes algunos consejos que puedes seguir:

No dejes la cámara al sol. Ni siquiera si se encuentra dentro de la bolsa. Siempre que vayas a dejar la cámara sin usar por unos momentos, busca un lugar lo más fresco y seco posible. Vigila el sol y su evolución, para evitar que con el paso del tiempo empiece a recibir la luz directa del sol.
Si tienes que dejar la cámara en el coche... Busca un punto que no reciba en ningún momento la luz del sol. Si el coche está en exteriores, recuerda que la cámara no se vea desde fuera: nos interesa que no le dé la luz del sol, pero también nos interesa protegerla de amigos de lo ajeno.
Nunca está de más repasar el manual de cámara. Y comprobar cuál es el rango de temperaturas que el fabricante indica. Hay cámaras rugerizadas y tempestizadas más resistentes que las habituales ideales para la práctica de ciertos deportes. No lleves tu cámara al límite nunca, pero conoce de lo que es capaz.

Golpes y Caídas: un Riesgo Contínuo

Vale: este no es un riesgo veraniego, sino que se extiende a lo largo de todo el año. Pero no por ello hay que prestarle menos atención. Si no quieres lamentarte después, presta atención a lo siguiente:

Procura mantener la cámara en la bolsa. Cuando no la uses y especialmente en situaciones de riesgo.
La tapa siempre puesta. Aunque sea incómodo, si hay riesgo de rayar el objetivo, conviene protegerse.
Montar un filtro UV siempre ayuda. Igual que recomendamos antes.
Cómprate una armadura. Tienen un precio muy asequible y defienden la cámara en salidas a la naturaleza y deportes de cierto riesgo.