¡Al fin, amaneció lloviendo! Así
todo, salimos. Y como habíamos oído que la borrasca entraba por Galicia, fuimos
hacia el occidente en busca de la “cola” de la citada borrasca.
Entre chubasco y chubasco hicimos
fotos de las rocas (y otras cosas) que había en la Playa de Portizuelo y el
Cabo Bustio. Es, como se puede apreciar por las fotos, una costa abrupta,
acantilada, con un mar, el Cantábrico, bravío y masculino.