En Sevares abandonamos la N-634 y nos incorporamos a la carretera PL-13,
estrecha, sinuosa y en bastante mal estado. Fuimos por ella parando en
aquellos altos, curvas o rellanos que nos ofreciera algo fotografiable.
Valles cubiertos de niebla, laderas con restos del otoño, caserío o barrios que destacaban no se escaparon a nuestros objetivos, hasta que llegamos al previsto destino: El Pico.
El pueblo es pequeño, con pocos habitantes pero enclavado en un alto desde donde se domina un espectacular paisaje.
Valles cubiertos de niebla, laderas con restos del otoño, caserío o barrios que destacaban no se escaparon a nuestros objetivos, hasta que llegamos al previsto destino: El Pico.
El pueblo es pequeño, con pocos habitantes pero enclavado en un alto desde donde se domina un espectacular paisaje.
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