Estamos
en el año 2016. Cuando entramos en el molino de cuatro piedras, (todas
pueden moler al mismo tiempo) nos dio la impresión de que habíamos
retrocedido unos cuantos años y más cuando el molinero (Bernardo Bulnes)
nos dijo que había datos del pago de impuestos del molino desde el S. XVIII.
Este
molino cobra, todavía, su trabajo con especies, es decir, cobra una
medida (maquila) del grano que se lleva a moler. Los rodetes o ruedas
giran (y a su vez mueven la piedra) gracias al agua que llega por un
canal de más de 800 m que parte de una presa que se construyó en el río
Güeña.
Aprovechamos
la salida para hacer otras fotos con las de la capilla románica de
Santa Eulalia, próxima a Corao, así como al cabritillo recién nacido, etc.