Artículo: Blog de Fotografía de dZoom
por Jose Luis Rodriguez
Introducción
Cada vez son más las cámaras que permiten disparar en RAW. No solo las réflex, en las que creo que hoy en día todas traen esta opción, sino que algunas cámaras compactas también lo permiten.
Y es que, al fin y al cabo, cualquier cámara captura toda la información en bruto al hacer la foto, y lo que hacen internamente luego es convertir esa información a un formato comprimido que permite que ocupen menos espacio.
Hace años, con las capacidades de las tarjetas de memoria y los precios que tenían, era casi obligado. Pero, ¿y ahora que cada vez más las tarjetas tienen mayor capacidad y un precio más bajo día a día, ¿realmente merece la pena seguir perdiendo información valiosa que podemos posteriormente necesitar a costa de poder almacenar más fotos aún en nuestra tarjeta de memoria?
En Bits, 16 no es el doble de 8
Hace unos días nos escribía José Font, un amigo de dZoom, para interesarse por la diferencia entre los 8 y los 16 bits.
Cuando uno oye hablar de bits, y escucha que se habla de 8 y de 16, lo primero que le viene a la cabeza son las matemáticas básicas que aprendimos de pequeños, en los que rápidamente asimilamos que 8 más 8 eran 16.
Por supuesto, no voy a desmontarte esa base. Es completamente correcta. Pero en fotografía (o en digital), hay una pequeña "trampa". Estamos hablando de bits.
Desde luego, no es mi intención hacer una disertación sobre cálculos binarios, porque podríamos perdernos en los números, pero si que es bueno explicar que los 8 y los 16 bits se corresponden con la posibilidad de almacenar 2^8 (dos elevado a 8) y 2^16 (dos elevado a 16) valores distintos.
La diferencia radica entre tener 256 posibilidades (8 bits) a tener 65.536 (16 bits). Como veis, mucho más del doble.
Las diferencias en un caso práctico
La diferencias entre trabajar en 8 o en 16 bits la notarás en el momento de realizar ajustes posteriores sobre nuestras fotos. Y es que al final, 256 valores son muy pocos valores.
Veamos un ejemplo práctico, basado en la misma foto en 8 y 16 bits, sobre la que vamos a observar el histograma.
Si no recuerdas exactamente qué era el histograma, ha llegado el momento de que revises el artículo "El histograma, el mejor amigo del fotógrafo". Te ayudará a entender el artículo además de aportarte una muy buena base para el futuro.
Las dos fotos, en formatos jpg (8 bits) y tif (16 bits) son aparentemente iguales. Sobre cada una de ellas vamos a realizar un doble ajuste de niveles (Imagen > Ajustes > Niveles).
Vamos con la imagen en 8 bits
Cuando accedemos por primera vez a la herramienta de niveles, no apreciamos nada anormal. El histograma muestra un gráfico continuo. Aplicamos el cambio desplazando el punto medio a la derecha, hasta 0,80.
El efecto sobre la foto es el esperado, pero, ¿has pensado que ocurre si volvemos a intentar aplicar un nuevo cambio de niveles? Lo que ha pasado es que con el cambio anterior hemos perdido parte de la información. Ahora el histograma muestra una forma de peine, en el que hay zonas sin valor. Esto significa que para esos niveles de luminosidad no hay información (su valor es cero).
Y ahora con la de 16 bits
Vamos a repetir la operación con la misma foto, en su versiópn en 16 bits.El primer ajuste de niveles muestra el mismo aspecto que en el ejemplo de 8 bits.
Ahora vamos a tratar de realizar un nuevo ajuste de niveles.
¿Qué ha ocurrido? Pese al ajuste anterior, en los 16 bits hay información suficiente como para que la distribución de luminosidades no muestre huecos.
Conclusión: en 16 bits, por favor
La idea que debes extraer es que una foto en 8 bits soporta muchos menos ajustes que una de 16, ya que se degrada con facilidad cuando realizamos el procesado, mientras que si trabajas con 16 podrás realizar muchas más ajustes y más precisos sin perder tanta calidad como con 8 bits.
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