sábado, 13 de febrero de 2010

8 Consejos para salir de la rutina

No se a cuantos de vosotros les habrás pasado, pero hay un momento en la vida del aficionado a la fotografía (incluso profesional) en que no te apetece salir con la cámara, o quizás no encuentras el momento apropiado para hacer fotografías.
Puede que sea el tiempo, el clima, la monotonía, la soledad, son tantas cosas que hacen que nuestra cámara esté cogiendo polvo un día tras otro, que uno ya no sabe como retomar de nuevo esa preciada afición.
Hoy quería aconsejar algunas de las cosas que me han servido para desempolvar la cámara y pasar ese estado por el que seguro hemos pasado alguna vez o vamos a pasar:
1. Salir de los lugares más habituales es una buena manera de volver a encontrarnos con momentos y situaciones que nos ayudarán a evadir la rutina. Dar un paseo o ir a alguna zona que no conozcamos de nuestra ciudad puede ser más que suficiente.
2. Hacer un viaje, ya sea al campo o a otras ciudades. Eso generalmente ayuda a mirar con otra perspectiva y hace que te apetezca coger de nuevo la cámara para fotografiar todo lo que encontramos a nuestro alrededor.
3. Quedar con algún/os amigo/s que le/s guste la fotografía y hacer una salida en grupo. Además de lo ameno del paseo por las conversaciones y demás, podremos aconsejarnos unos a otros, enseñar nuestra forma de trabajar y en muchos casos, perder un poco de esa verguenza que quien más o quien menos tiene a ratos cuando sale solo.
4. Ir a algún tipo de evento, ya sea privado, público o familiar. Siempre encontraremos algo nuevo que nos ayude a apretar el gatillo más de lo que nos podamos imaginar.
Yo cada vez que voy a algún evento (incluso sin un interés previo) acabo llenando la tarjeta de la cámara.
5. Preparar una sesión fotográfica con los amigos o con tus familiares. No necesitamos ser profesionales para sacar un rato y hacer algún tipo de foto previamente planeada con gente de nuestro alrededor. La mayoría de las personas que conozco, siempre están encantadas de que les haga una foto y tenerla de recuerdo, ese es un buen momento para ser más creativo y para perder la timidez (al menos en mi caso).
Alguna vez me he puesto de acuerdo con mi novia, y hemos montado un mini estudio (una tela, una zona con buena iluminación) y ya estamos listos para una sesión fotográfica.
6. Llévate la cámara aunque no tengas pensado hacer fotos, quizás el simple hecho de llevarla a mano sea más que suficiente para que vuelvas a ponerte en marcha.
Muchas veces por pereza nos tiramos una temporada sin cargar con la cámara, y al final acabamos por dejarla abandonada hasta que quizás aparece uno de los momentos antes mencionados.
7. Comprar algún nuevo “caprichito”, un flash, un nuevo objetivo, un trípode, filtros, un mando… son tantas cosas que podemos añadir a nuestro equipo y con precios tan variados, que seguro que en algún momento encontramos algo que nos llame la atención y con lo que podamos probar un nuevo tipo de fotografía que antes nos era imposible.
Que buenos recuerdos tengo cuando compré mi primer trípode y mi mando a distancia. Un pequeño trípode de 8 euros, un mando de 10 euros, y ya estaba listo para hacer fotos por la noche sin miedo a la trepidación. No os podeis hacer una idea de la cantidad de cosas que se pueden hacer con estos dos instrumentos.
8. Y para terminar, lo mejor para mi es rodearte de la gente que te conoce y te incitan a sacar la cámara, te comentan “¿Cómo hoy vas sin la cámara?”, te piden alguna foto… etc Al final, siempre terminas mirando encima del armario, dando un par de soplidos y colgando de nuevo al hombro aquello que tanto te apasiona.
Como siempre, estos consejos están basados en mi experiencia, para nada considero que puedan llegar a ser útiles para todo el mundo, pero siempre hay algo en lo que a veces no hemos caido, y otras veces simplemente también quiero que sirvan con un “ánimo” o un amistoso toque en el hombro para que esa afición que todos llevamos dentro no quede en el olvido.

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