Este sábado, como tiene por costumbre este 2010, amaneció también con lluvia lo que no fue impedimento para que saliéramos con el propósito de hacer alguna foto. Después de pensar el lugar de destino, salimos sin rumbo fijo por la autovía camino de Galicia y, como no tenía visos de que parara de llover, entramos en Cudillero con el fin de tomar café y esperar.
La espera fue provechosa ya que a eso de media mañana dejó de llover circunstancia que aprovechamos para hacer trabajar a nuestras cámaras.
Cudillero, para el que no lo conozca, es una villa marinera asturiana con una estructura urbana única. Edificada en la ladera de dos montañas que acaban en el mar, apenas tiene calles y sus casas, vistas desde abajo, parecen que están superpuestas. Escaleras, pasadizos estrechos y personajes sirven, junto con el espigón, el mar y el puerto, de inspiración a fotógrafos y pintores.
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