Por fin se cumplió el refrán “no hay sábado sin sol ni dama sin amor” porque este sábado nos sorprendió el rey astro, lo que hizo que decidiéramos ir en busca de hielo y nieve. El destino: el Puerto de Tarna. Así que por la autovía Minera, nos desviamos hacia Langreo donde entramos en la carretera de Tarna.
Después de pasar el pueblo del mismo nombre y empezar a subir el puerto, las cunetas y sus alrededores los encontramos cubiertos de nieve. El paisaje era de postal, hasta que una ladera sombría nos ofreció el motivo que buscábamos: el hielo, los carámbanos. Y los “clicks” de las cámaras (en alguna era el “colc” del espejo) sonaban por todo el puerto.
He aquí el resultado
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